Tradiciones de la Indy 500: ¿Por qué el ganador de las 500 Millas de Indianápolis bebe leche?

Las 500 Millas de Indianápolis es una de las carreras con más tradición en el deporte motor estadounidense.

En la pista rodarán 33 monoplazas en el Indianapolis Motor Speedway con el canto de “Back Home Again in Indiana”, el lanzamiento de globos antes del inicio de la carrera y el icónico Trofeo Borg-Warner con las caras de ganadores anteriores. Las 500 millas de Indinápolis es unas de las carreras con más historia y tradiciones, incluso es la única carrera donde el ganador se toma una botella de leche fría en el carril de los ganadores.

Esta tradición se lleva a cabo desde 1956 y se ha convertido en el momento de mayor euforia que define la victoria tras ganar la emblemática carrera. La edición 2020 se retrasó cerca de cinco meses debido a la pandemia de COVID-19, claramente será una carrera muy diferente, empezando por el mes de su celebración y debido a las medidas de sanidad se correrá a puerta cerrada.

¿Por qué bebe leche el ganador de las 500 Millas de Indianápolis?

La historia cuenta que después de sumar su tercera victoria (1928, 1933 y 1936) en las 500 Millas de Indianápolis, Louis Meyer estaba muy sediento. Y como su bebida favorita era la leche, Meyer pidió al concluir la carrera beber leche, todavía sentado en su monoplaza. Aquel instante de gloria con el piloto neoyorquino dándole unos tragos al envase de cristal quedó inmortalizado por un fotógrafo. Tras ver la fotografía, a un miembro de la asociación de productores de la zona se le ocurrió la idea. Aquello podía promocionar su nutritiva sustancia en todo el país.

Meyer ya convertido en leyenda nacional con sus tres triunfos en Indianápolis afirmó que esa era la bebida de los campeones. Con ese empujón publicitario, aquello fue la leche rápidamente se convirtió en el icono de las celebraciones en la Indy500. Esta tradición se ha respetado desde entonces exceptuando un periodo, desde el 1947 hasta el 1955 y que se recuperó en 1956 hasta ayer día 28 de mayo de 2017 donde Takuma Sato fue el primer Japonés en ganar la ya conocida carrera americana.  Para 1993, Emerson Fittipaldi en su segunda conquista lo festejó con jugo de naranja, justificado porque él era productor del cítrico en Brasil. Luego tomó de la tradicional botella de leche fuera de cámaras. Aun así, tanto el público como algunos periodistas lo criticaron por el supuesto respeto.