En la crisis que vive todo el mundo por la pandemia del coronavirus, muchos equipos de la F1 han cambiado algunos aspectos para poder sobrevivir y no sufrir demasiados problemas económicos. Es por eso que no se ha firmado el nuevo pacto de la Concordia hasta la fecha, y parece que no sucederá hasta que mejore la situación. Mientras tanto, los reglamentos técnicos y el acuerdo financiero se han adaptado a los deseos de los equipos y sus asesores legales.
Recientemente, solo hubo diferencias sobre cuánto deberían pagar los titulares de derechos a los equipos. Los equipos pidieron más dinero, pero parece que no será así y Liberty esperaba los primeros acuerdos para el mes de abril. Pero eso ha avanzado mucho desde el estallido de la crisis del coronavirus, tal como hemos conocido recientemente: “Antes de que un equipo se registre durante cinco años, todos necesitamos saber si podemos sobrevivir a esta crisis. Actualmente no se habla de este tema. Hay cosas más importantes que hacer ahora”.
El nerviosismo dentro de los equipos aumenta. Una cosa quedó clara durante las recientes conversaciones de los jefes de equipo sobre las medidas de austeridad. Ferrari y Red Bull tienen reservas. Mercedes está callada. El resto demanda congelación de los aspectos más importantes en un coche de la máxima categoría del automovilismo. El presidente de la FIA, Jean Todt y Chase Carey, aparentemente han reconocido que la crisis del coronavirus les ofrece la oportunidad de oro de finalmente reducir drásticamente los costes. El contrato de Fórmula 1 pronto empleará a las tres partes involucradas a pesar de la crisis.
La pregunta es, ¿sobre qué base debería aplicarse? El contrato ante los equipos está diseñado para los reglamentos técnicos originalmente programados para 2021 y la última versión de las reglas financieras. Esto ya no se puede cumplir simplemente porque las reglamentaciones tecnológicas se han pospuesto hasta 2022. Si ahora se reduce el límite de presupuesto, también se tendrían que hacer ajustes, que tendrían que ser aprobados por todos. Por lo tanto, es muy posible que Liberty solo ofrezca a los equipos una extensión de contrato de un año para superar todos los obstáculos burocráticos. Pero eso alberga riesgos y oportunidades.
Los tres principales fabricantes de tendrían un año más de tiempo para pensar. Puede haber muchas buenas razones para bajar el pulgar en un año. En este caso, un nuevo formato de motor tendría que hacerse lo antes posible. Por otro lado, todos los involucrados son más inteligentes después de la crisis. Si los equipos se ven obligados a cerrar debido a dificultades financieras, la FIA y la F1 tendría más tiempo para reescribir las reglas para poner la Fórmula 1 sobre una base financieramente más saludable.
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